Una
Universidad, según la real academia de la lengua Española es una “Institución
de enseñanza superior que comprende diversas facultades, y que confiere los
grados académicos correspondientes.” Pero se dice que una universidad necesita ser un
negocio para subsistir y poder seguir brindado sus servicios a lo sociedad. A
los académicos no les gusta ver a los estudiantes como “consumidores”, pero
desde un punto de vista frío, son la definición, son personas que buscan un
servicio o un bien que ofrece el mercado. Muchas familias pagan grandes cifras
para recibir el servicio de una educación y el bien de un diploma.
Las
universidades representan una inversión, y todas las inversiones conllevan un
riesgo. Un excelente “branding” le resta el riesgo a una inversión
universitaria, y es verdad que se trata de una relación de por vida que agrega
valor tanto a los estudiantes como a la institución.
Es por eso que si llegas a conocer a algún graduado de Oxford, Harvard, o
Cambridge te lo harán saber antes de su quinto enunciado. Los lideres de
“branding” crean y comparten confianza con sus clientes. La fama de una marca
sugiere que las promesas y expectativas
del servicio serán cumplidas.
Existe mucho
espacio creativo por ser explorado, ya que tristemente la mayoría del
“branding” universitario contiene mensajes intercambiables y genéricos como
“Estudiantes felices, Profesores dedicados” o “Creando a los lideres del mañana”. Con un mercado tan competido, cada institución
necesita definir lo que la hace diferente de las demás y debe enfocarse en
comunicar esas diferencias.
La razón detrás de estas similitudes entre el
“branding” de marcas universitarias no es culpa de un departamento de marketing
incompetente, sino de la Universidad misma. El “branding” de una institución va
mucho mas allá de juegos de palabras astutos, mas allá de un nuevo diseño artístico
de la insignia, mas allá de una campaña de publicidad. Un “branding”
universitario efectivo requiere que la institución viva la marca integralmente.
Para empezar, el cuerpo estudiantil (que es el que tiene la verdadera experiencia
de la Universidad día a día) debe idóneamente de acumular suficiente entusiasmo
para identificarse y apoyar la “marca” de la Universidad. Los directivos de la institución
deben enfocarse en sus valores esenciales y comunicarlos claramente. El énfasis
debe estar en la experiencia sincera de la marca y no en la marca misma.
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